jueves, 13 de noviembre de 2008

LOS CIEN AÑOS DE DON ESTUARDO NÚÑEZ: EL TESTIGO DE UN SIGLO


-Primera Entrega
El maestro nos recibió de pie, en su casa de Barranco. Próximo a cumplir cien años de vida, Estuardo Núñez Hague acaba de ganar el Premio Southern Perú 2007 y Medalla José de la Riva-Agüero y Osma a la creatividad humana. La distinción, que otorgan la Universidad Católica del Perú y la Southern Perú, considera que es "en mérito a su destacada trayectoria profesional y a su calidad inmensa de pionero de la investigación literaria y de nuestro patrimonio cultural y su difusión a nivel internacional". Nada más justo para quien ha dedicado toda su vida y todo su saber en favor de la cultura peruana, ya sea desde su aporte como intelectual, sus estudios literarios, o como maestro en la universidad peruana o como funcionario público, cuando fue director de la Biblioteca Nacional.

UNA VIDA EJEMPLAR
Estuardo Núñez nació en Chorrillos el 5 de setiembre de 1908. Estudia en el Colegio Alemán y formará parte de una promoción realmente histórica. Junto con él estudiaron los poetas Emilio Adolfo Westphalen, Xavier Abril y Martín Adán. También el pintor Ricardo Grau. No en su aula, pero sí en el mismo colegio, estudiaban también el filósofo Luis Felipe Alarco, el jurista Andrés Aramburú Menchaca, el educador Carlos Cueto Fernandini, el historiador Eugenio Alarco, entre otras figuras de la cultura peruana.En su casa, rodeado de libros, el patriarca de las letras peruanas recuerda que su vocación literaria "no llegó", sino que de a pocos la fue cultivando. Pues en el Colegio Alemán tuvo notables maestros, muchos de ellos alemanes que llegaron después de la Segunda Guerra Mundial y que le exigían a leer a los grandes filósofos y escritores en su lengua original.
– ¿Cómo recuerda a José Carlos Mariátegui?–Era una personalidad descollante. Era un hombre de pocos años de vida, pero se había distinguido como un periodista de gran calidad. Le gustaba vincularse con la gente joven, confrontar, apreciar las cosas con un criterio nuevo, muy personal que él tenía.–Mariátegui era socialista, ¿no llevaba agua para sus molinos?–Mariátegui no era sectario, era muy amplio. Sí, era un hombre de ideas, pero de ideas que tenían un fin para cambiar las condiciones de la sociedad en que vivíamos.Estuardo Núñez conoció a Mariátegui después de que ingresó a San Marcos. La experiencia sanmarquina para el maestro fue intensa, sobre todo porque participó en la reforma universitaria, que terminó, primero, cerrando la universidad y, segundo, él aparecer en una lista negra (que dejó de estarlo cuando Luis Alberto Sánchez asumió su primer rectorado de San Marcos, en 1946).–Usted conoció a Eguren. ¿Tenía esa figura chaplinesca?–No creo. De chaplinesco no tenía nada. Era un hombre de conformación precisa de lo que solía ser un hombre público. Era un hombre que participaba de las nuevas ideas, pero un tanto superficialmente, porque desde el punto de vista ideológico, era un soñador. Sí, era un hombre que participaba en las nuevas ideas, pero en el fondo era un conservador, muy ligado a contemplar las cosas desde un punto de vista muy personal.(Entrevista de Pedro Escribano)

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