jueves, 21 de mayo de 2009

¿ Por qué cantamos ?


Antenor Maravi Izarra

Nota de Redacción: Hace 6 años y 5 meses atrás, a propósito de las elecciones de las nuevas autoridades de la Región Ica,parafraseando el bello poema de Mario Benedetti: ¿Por qué cantamos?, escribí este artículo en el Periódico regional LA VOZ DE ICA, cargado de sueños y rogativas por el cambio de Ica, ¿Se cumplieron estos cambios?, el pueblo sabe que no. En todo caso, esta segunda publicación cyber espacial, sirva como un homenaje a este distinguido poeta y escritor latinoamericano que acaba de fallecer.¡Te queremos Mario!porque tus letras fueron caricias, nuestros acordes cotidianos, porque tu voz y tu pluma siempre estarán con nosotros, codo a codo, mucho más que dos...

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En una tertulia de poetas, uno de los presentes le preguntó a Mario Benedetti, ¿Por qué cantamos?, ¿Si cada hora viene con desilusiones, si el tiempo es una cueva de promesas y ladrones, la vida es más que un blanco móvil, si el pueblo se muere de tristeza y el corazón del hombre se hace añicos en cada instante antes de que explote la vergüenza..?.Benedetti, respondió: “Cantamos porque los sobrevivientes y nuestros muertos quieren que cantemos. Cantamos porque el grito no es bastante y no es bastante el llanto ni la bronca, cantamos porque creemos en la voz del pueblo, y porque un día venceremos toda esta pesadilla, donde las autoridades empiecen a entender que su responsabilidad mayor es estar al lado del pueblo y servir sus nobles ideales; y cantamos porque somos militantes de la vida y porque no podemos ni queremos dejar que la canción se haga cenizas”.
Parafraseando al insigne poeta uruguayo, en estas líneas permítaseme sembrar los surcos de la canción de la esperanza y los sueños renovados para el pueblo iqueño, porque a partir del primer día hábil del próximo año, empiecen de veras a abrirse nuevos asideros y voluntades que posibiliten romper esa toldera de marasmo e indolencia cívica, en el que muy a pesar nuestro, poco a poco nos hemos acostumbrado a compartir una realidad caótica y a veces vergonzante.
Ya tenemos nuevas autoridades, un tercio de la población electoral apostó por un gobierno aprista, tanto para la gestión municipal como para la administración del nuevo gobierno regional. Dios quiera que el pueblo no se haya equivocado una vez más, pues estas elecciones representan esa canción de la esperanza renovada, con la necesaria búsqueda de nuevas alternativas y posibilidades de real cambio, de participación del pueblo en los asuntos que a todos nos compete. Por encima de los resultados y las propuestas electorales, que ciertamente fueron escasos y en algunos casos tremendistas, confiamos que las nuevas autoridades a diferencia de los viejos tiempos del sectarismo, empiecen a sumar esfuerzos y voluntades sin distingo de ninguna índole, solamente así será posible salir de esa toldera asfixiante.
Reza un viejo proverbio:”Todo pueblo tiene la autoridad que se merece”, y en esta oportunidad esperamos no habernos equivocado, al contrario como en la vieja canción del ángelus, sea realmente el anunciar de una nueva etapa, que nuestros corazones y mentes sirvan para honrar al pueblo que a unos los vio nacer y a otros nos cobija con tanta generosidad. No es hora de lamentos ni de desencuentros, es hora de sumar, las reservas morales del pueblo iqueño así lo demandan.
Más allá de las diferencias políticas, el pueblo exige nuevos roles, que la cultura de permanente confrontación ceda al paso a una nueva cultura política de cooperación. Es ineludible y muy necesario que los viejos y honrosos conceptos de la moral, la ética y la transparencia sean los rasgos distintivos de quienes próximamente asumirán la histórica responsabilidad de no defraudar nunca más la voluntad del pueblo que los eligió.
Publicado en La Voz de Ica 07/12/2002

martes, 19 de mayo de 2009

Benedetti: el mundo llora su partida

Julián Pérez Porto

La alegría no duró demasiado. Como sabrá la mayoría de ustedes, diez días después de haber obtenido el alta médica que le permitió regresar a su hogar, la muerte se apoderó del cuerpo de Mario Benedetti y ya no hubo cadena de poesía, rezos ni esfuerzos que surtieran efectos positivos sobre su salud.
Frente a esta realidad inevitable pero que no deja de doler, sólo queda espacio para la resignación y el consuelo de su bienestar. Este destacado escritor uruguayo ya no nos acompaña de forma física pero, tal como sucedió hasta ahora, su figura aparecerá siempre que alguien lea algunas de sus obras o recuerde lo más excelso de la poesía.
Sobre su partida, ocurrida durante la jornada de ayer en Montevideo, no queda mucho por decir. No deben existir muchos rincones del planeta en los cuales esta lamentable pérdida no se haya convertido en la noticia del día, por eso desde Poemas del Alma preferimos centrar la información de hoy en la historia de vida de este autor admirado, respetado y querido por millones de personas.
Benedetti en pocas líneas
A diferencia de otros casos, esta vez no es necesario volver a desarrollar una biografía para descubrir quién fue, es y será Mario Benedetti.
Si uno reserva algunas horas para disfrutar de obras como “La Tregua”, “Montevideanos”, “La muerte y otras sorpresas”, “Recuerdos olvidados” y “El porvenir de mi pasado”, encontrará a un uruguayo que supo brillar no sólo como poeta, sino también como novelista, ensayista y cuentista.
Por otra parte, basta con conocer las repercusiones que ha tenido su muerte para confirmar la grandeza y la importancia de este prolífico autor que nació en la República Oriental del Uruguay el 14 de septiembre de 1920.
María Simón, la ministra de Cultura del territorio charrúa, por ejemplo, recordó a Mario como a un hombre que “vivió con mucha intensidad”. Para ella, la partida de este “ícono de la cultura uruguaya”, tal como lo definió ante la prensa, no constituye una pérdida porque Benedetti no dejará de formar parte de la identidad nacional uruguaya.
Más conmovido por la estrecha relación que lo unía a este distinguido poeta que, en una oportunidad, aseguró que “la muerte es sólo un síntoma de que hubo vida”, el escritor Mauricio Ronsencof señaló ante la agencia EFE que este fallecimiento deja a la literatura de habla hispana “sin una figura de primer nivel que regaló talento y dignidad” y a él, sin su hermano y amigo.
Su perfil más reconocido
Hace un tiempo, Delfina Acosta publicó en Poemas del Alma un artículo basado en la faceta más elogiada y admirada de Benedetti: la de poeta.
En ese contexto, la narradora, poetisa y periodista paraguaya lo definió como un representante de la poesía vinculada a la reflexión, al amor y a las causas sociales. Por supuesto, cada una de esas asociaciones está respaldada por ejemplos concretos.
En “Asunción de ti”, por citar sólo uno de sus textos, el autor nos invita a meditar sobre el afecto, mientras que, en “Enamorarse y no”, nos ofrece una detallada descripción del enamoramiento. Asimismo, en “Un padrenuestro latinoamericano”, “Noción de patria” y “Oda a la pacificación”, este escritor que, en los últimos tiempos, estaba algo cansado de recibir homenajes, vierte sus pensamientos en materia social.
Aunque no fueron escritas en estos días, las palabras que Benedetti eligió para componer “Hasta mañana” cobran un valor absoluto y un sentido profundo en estos momentos.
En esta obra, el literato que llegó a recomendar, en otra de sus poesías, “no tutearse con la muerte y disfrutar mientras se pueda” dice, entre otras frases, “voy a cerrar los ojos en voz baja / voy a meterme a tientas en el sueño” para continuar con “yo me siento lejos, tan pequeño / que a Dios invoco, pero no le pido / nada, con tal de compartir apenas / este universo que hemos conseguido”.
Repercusiones en la prensa
Como era de esperarse, la noticia acerca del fallecimiento de Mario Benedetti no tardó en dar la vuelta al mundo. De ayer a hoy, cientos de publicaciones, tanto impresas como digitales, dedicaron amplios espacios a esta información.
Uno de los que anunció con pesar esta muerte fue “El Comercio Digital”, un medio que presentó al uruguayo como “el poeta del amor y el compromiso social”. De forma similar, “El Diario Montañés” eligió abordar la cuestión a través del título: “Muere Mario Benedetti, mito de la literatura en busca de la utopía y el compromiso social”.
“Un emblema de la literatura”, “Mario Benedetti no muere” y “Muere Benedetti, poeta que nos ayudó a caminar hacia la utopía”, han sido otros de los titulares elegidos para difundir este triste hecho que enluta a la literatura universal.
Mientras cada uno de nosotros lo mantiene en el recuerdo, algunos lo lloran y otros ya lo echan de menos, este genio de las letras que ha acumulado prestigiosos galardones tales como el Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, el Premio Iberoamericano José Martí y el Premio Internacional Menéndez Pelayo, entre otros, debe estar tiñendo a las nubes con su poesía y hallando una respuesta a aquella vieja duda que el poeta había manifestado años atrás acerca de la existencia de Dios. “Yo no sé si Dios existe, pero si existe, sé que no le va a molestar mi duda”, había dicho en una oportunidad este gran maestro uruguayo al que hoy despedimos con tristeza.

lunes, 18 de mayo de 2009

La humana voz de Mario Benedetti

Mario Benedetti nació el 14 de setiembre de 1920 en Paso de los Toros (Uruguay). Falleció a los 88 años (17 de mayo), fue ante todo un poeta militante de izquierda.


Después de radicar en su ciudad natal, sus padres se trasladaron a Tacuarembó y luego a Montevideo. A los cuatro años (1928), inició sus estudios primarios en el “Colegio Alemán” de Montevideo, de donde fue retirado y pasó al “Liceo Miranda”. Enseguida estudió en la “Escuela Raumsólica de Logosofía”.

Sus estudios secundarios los realizó en el “Liceo Miranda” y de modo informal. Entre 1938 a 1941 radicó en Buenos Aires, en 1945 ingresó al equipo de redacción del semanario “Marcha”, donde permaneció hasta 1974, año en que fue clausurado por el gobierno de Juan María Bordaberry. Desde entonces, se convirtió en un poeta exiliado habiendo radicado en el Perú. Finalmente, decidió vivir en España, donde escribió lo mejor de su literatura. Para Benedetti escribir y ser un activista intelectual era lo mismo; es decir, crear y al mismo tiempo pensar en modificar la realidad, por eso dijo: “No creo que haya en esto una contradicción, porque la política es también una forma del amor (aunque no viceversa).

Hay que aventar cierta mentirosa imagen que suele presentar al luchador político como un ser tan riguroso en su disciplina, que es incapaz de amar como cualquier hijo de vecina, e incluso a la hija del vecino, sobre todo si está bien de piernas e ideología. El amor no es un artículo suntuario, sino una necesidad vital del ser humano.

Y no pensamos avergonzarnos de semejante realismo”.Laboró como crítico de teatro y fue codirector de la página literaria semanal Al pie de las letras en el diario “La mañana”, derrochó humor en la revista “Peloduro”, escribió crítica de cine en “La Tribuna Popular”. Regresó a Cuba y participó como jurado del concurso Casa de las Américas, viajó a México y participó en el II Congreso Latinoamericano de Escritores.

Escritor fecundo, su universo literario abarca varios géneros como cuento, ensayo, crónica literaria, novela, sus más importantes libros de poesía son: El mundo que respiro (2001), Insomnios y duermevelas (2002), Inventario tres (2003), Existir todavía (2003), Defensa propia (2004), Memoria y esperanza (2004), Adioses y bienvenidas (2005), Canciones del que no canta (2006), Testigo de uno mismo (2008).