Julián Pérez Porto
La alegría no duró demasiado. Como sabrá la mayoría de ustedes, diez días después de haber obtenido el alta médica que le permitió regresar a su hogar, la muerte se apoderó del cuerpo de Mario Benedetti y ya no hubo cadena de poesía, rezos ni esfuerzos que surtieran efectos positivos sobre su salud.
Frente a esta realidad inevitable pero que no deja de doler, sólo queda espacio para la resignación y el consuelo de su bienestar. Este destacado escritor uruguayo ya no nos acompaña de forma física pero, tal como sucedió hasta ahora, su figura aparecerá siempre que alguien lea algunas de sus obras o recuerde lo más excelso de la poesía.
Sobre su partida, ocurrida durante la jornada de ayer en Montevideo, no queda mucho por decir. No deben existir muchos rincones del planeta en los cuales esta lamentable pérdida no se haya convertido en la noticia del día, por eso desde Poemas del Alma preferimos centrar la información de hoy en la historia de vida de este autor admirado, respetado y querido por millones de personas.
Benedetti en pocas líneas
A diferencia de otros casos, esta vez no es necesario volver a desarrollar una biografía para descubrir quién fue, es y será Mario Benedetti.
Si uno reserva algunas horas para disfrutar de obras como “La Tregua”, “Montevideanos”, “La muerte y otras sorpresas”, “Recuerdos olvidados” y “El porvenir de mi pasado”, encontrará a un uruguayo que supo brillar no sólo como poeta, sino también como novelista, ensayista y cuentista.
Por otra parte, basta con conocer las repercusiones que ha tenido su muerte para confirmar la grandeza y la importancia de este prolífico autor que nació en la República Oriental del Uruguay el 14 de septiembre de 1920.
María Simón, la ministra de Cultura del territorio charrúa, por ejemplo, recordó a Mario como a un hombre que “vivió con mucha intensidad”. Para ella, la partida de este “ícono de la cultura uruguaya”, tal como lo definió ante la prensa, no constituye una pérdida porque Benedetti no dejará de formar parte de la identidad nacional uruguaya.
Más conmovido por la estrecha relación que lo unía a este distinguido poeta que, en una oportunidad, aseguró que “la muerte es sólo un síntoma de que hubo vida”, el escritor Mauricio Ronsencof señaló ante la agencia EFE que este fallecimiento deja a la literatura de habla hispana “sin una figura de primer nivel que regaló talento y dignidad” y a él, sin su hermano y amigo.
Su perfil más reconocido
Hace un tiempo, Delfina Acosta publicó en Poemas del Alma un artículo basado en la faceta más elogiada y admirada de Benedetti: la de poeta.
En ese contexto, la narradora, poetisa y periodista paraguaya lo definió como un representante de la poesía vinculada a la reflexión, al amor y a las causas sociales. Por supuesto, cada una de esas asociaciones está respaldada por ejemplos concretos.
En “Asunción de ti”, por citar sólo uno de sus textos, el autor nos invita a meditar sobre el afecto, mientras que, en “Enamorarse y no”, nos ofrece una detallada descripción del enamoramiento. Asimismo, en “Un padrenuestro latinoamericano”, “Noción de patria” y “Oda a la pacificación”, este escritor que, en los últimos tiempos, estaba algo cansado de recibir homenajes, vierte sus pensamientos en materia social.
Aunque no fueron escritas en estos días, las palabras que Benedetti eligió para componer “Hasta mañana” cobran un valor absoluto y un sentido profundo en estos momentos.
En esta obra, el literato que llegó a recomendar, en otra de sus poesías, “no tutearse con la muerte y disfrutar mientras se pueda” dice, entre otras frases, “voy a cerrar los ojos en voz baja / voy a meterme a tientas en el sueño” para continuar con “yo me siento lejos, tan pequeño / que a Dios invoco, pero no le pido / nada, con tal de compartir apenas / este universo que hemos conseguido”.
Repercusiones en la prensa
Como era de esperarse, la noticia acerca del fallecimiento de Mario Benedetti no tardó en dar la vuelta al mundo. De ayer a hoy, cientos de publicaciones, tanto impresas como digitales, dedicaron amplios espacios a esta información.
Uno de los que anunció con pesar esta muerte fue “El Comercio Digital”, un medio que presentó al uruguayo como “el poeta del amor y el compromiso social”. De forma similar, “El Diario Montañés” eligió abordar la cuestión a través del título: “Muere Mario Benedetti, mito de la literatura en busca de la utopía y el compromiso social”.
“Un emblema de la literatura”, “Mario Benedetti no muere” y “Muere Benedetti, poeta que nos ayudó a caminar hacia la utopía”, han sido otros de los titulares elegidos para difundir este triste hecho que enluta a la literatura universal.
Mientras cada uno de nosotros lo mantiene en el recuerdo, algunos lo lloran y otros ya lo echan de menos, este genio de las letras que ha acumulado prestigiosos galardones tales como el Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, el Premio Iberoamericano José Martí y el Premio Internacional Menéndez Pelayo, entre otros, debe estar tiñendo a las nubes con su poesía y hallando una respuesta a aquella vieja duda que el poeta había manifestado años atrás acerca de la existencia de Dios. “Yo no sé si Dios existe, pero si existe, sé que no le va a molestar mi duda”, había dicho en una oportunidad este gran maestro uruguayo al que hoy despedimos con tristeza.
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